jueves, 11 de octubre de 2012

LA GALLINA JULIANA Y EL CRISTO DE TORRIJOS

Este domingo se celebra en nuestro pueblo su gran fiesta "La Romería de Torrijos".
Hoy en el aula hemos contado la historia de esta romería.


Cuenta la leyenda que en un pequeño pueblo llamado Valencina de la Concepción vivía una gallina llamado Juliana.
Todas las mañanas Juliana acudía al cortijo más cercano donde el señor Pepito le ofrecía pienso. Dicho cortijo se llama Torrijos.
Un domingo de octubre la gallina llegó al cortijo pero estaba cerrado porque Pepito se había quedado dormido.
- ¿Dónde estará Pepito?.- Se preguntó la gallina.- Con el hambre que tengo. Bueno mientras que Pepito viene voy a picotear la tierra a ver si encuentro gusanillos para calmar el hambre- dijo Juliana.
Y así lo hizo, empezó a picotear y a picotear hasta que de pronto... encontró una corona dorada.
-¡Anda una corona!¡qué bonita es! seguro que Pepito se va a poner muy contento si se la regalo y me dará más pienso.- Exclamó Juliana.
y así continuo picoteando la gallina hasta que se topó con un rostro, y después con un tronco, y más adelante con unas piernas...¡ era un cristo atado a una columna!.
En ese preciso momento se despertó Pepito y acudió a toda prisa a darle de comer a su amiga Juliana.
- Pero ¿qué es esto, gallinita?.Un cristo enterrado en mi cortijo ¡qué bonito es!. Lo llevaré a la iglesia del pueblo, verás que contentos se ponen los vecinos.
Y así se dispuso, Pepito cogió sus bueyes y su carro y montó al cristo para llevarlo a la iglesia. Pero ocurrió algo extraño, los bueyes se quedaron inmovilizados y Pepito no pudo llevar al cristo, por lo que los vecinos del pueblo y Pepito se dieron cuenta que el cristo no quería irse a otro lugar sino que quería permanecer en el cortijo junto a su amiga gallina, por lo que le hicieron una pequeña capilla.
A partir de ese día la gallina Juliana acudía puntual cada mañana a visitar a Pepito y al cristo de Torrijos. Por eso cuando Juliana murió Pepito hizo una estatua igualita a la gallina Juliana para que todo el mundo supiera la historia.
Los habitantes de Valencina le cogieron cariño al cristo y la gallina, por eso cada año celebran el segundo domingo de octubre una fiesta donde se recuerda con mucha alegría, sevillanas, caballos y carretas aquel domingo de octubre en el que Juliana encontró al cristo de Torrijos.
 
 

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